Con cualquiera de ellos conseguirás que pelar ajos se convierta en una tarea de medio segundo. ¡Y no te quedará el olor en las manos!
El primero consiste en coger dos boles redondos que notes que encajan perfectamente el uno con el otro. Ya sean de metal o de cerámica.
1. Una vez tengamos separadas las cabezas del ajo: las puedes sacar colocando la cabeza del ajo encima de una tabla de cortar y con la punta de los brotes hacia arriba y presionando contra la tabla. ¡Verás que fácil salen!
2. Pondremos los dientes de ajo en uno de los boles y usaremos el otro a modo de tapa.
3. Nos aseguraremos de que encajen bien y agitando enérgicamente unos 10-20 segundos, iremos comprobando separando los boles si ha quedado algún ajo sin pelar. Si es así, repite la operación.
2. ¿Habéis oído hablar de los peladores de ajo de silicona? Los podéis encontrar en tiendas de cocina y supermercados por precios muy reducidos, por supuesto también en tiendas online. Normalmente funcionan todos de la misma forma:
1. Primero tenemos que separar los dientes de ajo de la cabeza y colocarlos dentro de pelador.
2. Lo haremos girar sobre una superficie plana (una mesa o la barra de nuestra cocina) y presionaremos con las manos en la parte superior. Este paso hay que repetirlo varias veces.
3. Vacía el pelador para que caigan los ajos y comprueba si se han pelado bien.
4. Si queda alguna piel, retírala a mano.
3. Este truco también es muy sencillo. Solo necesitaremos un cuchillo de cocina un poco ancho.
Pasos a seguir:
1. Coloca la parte plana del cuchillo de cocina sobre el ajo. Puedes hacerlo sobre una tabla de cortar para que la superficie sea plana.
2. Presiona hacia abajo delicadamente hasta que se separe la cáscara. No es necesario aplicar demasiada fuerza, porque sino se aplastará el ajo.
3. Retira el cuchillo y acaba de pelar los restos de piel con la mano.